El efecto isla de calor es siempre más evidente

El efecto isla de calor es siempre más evidente

El efecto isla de calor es siempre más evidente

Nov 7, 2023 | Jardín vertical, Sostenibilidad

 

 

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha hecho público su balance del verano de 2023, el tercero más cálido de la serie histórica por detrás de los de 2022 y 2003.

Durante julio y agosto, se han registrado temperaturas máximas asfixiantes en cuatro olas de calor. Estas altas temperaturas son especialmente preocupantes en las ciudades debido al fenómeno conocido como «isla de calor urbana».  

La Agencia Estatal de Protección Medioambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés), define el efecto de isla de calor urbana como un fenómeno que ocurre en “áreas urbanizadas que experimentan temperaturas más altas que las áreas periféricas circundantes” a causa de la actividad humana

Si no se implementan cambios significativos, los expertos advierten que lo peor está por venir.

Materiales de construcción pueden acumular el calor 

Problemas que se  deben en gran medida a los materiales utilizados en la construcción de edificios y carreteras en las ciudades, que actúan como reserva de calor. Estos materiales absorben el calor durante el día y lo liberan durante la noche, lo que provoca temperaturas más altas en las ciudades que en áreas rurales.

Los materiales de construcción utilizados en las ciudades, que a menudo son oscuros, absorben más energía solar, lo que hace que ciertas áreas de la ciudad sean más propensas al efecto de isla de calor. Este efecto es lento, por lo que puede mantener el aire caliente durante varias horas en este tipo de zonas.

La disposición de edificios altos y estrechas calles en las ciudades tampoco ayuda y bloquea el flujo de aire y limita la circulación del viento, empeorando la situación.

La falta de vegetación y de áreas verdes es otro factor que influye en la isla de calor. La evaporación del agua de las planta provocaría una importante bajada de la temperatura. Además, al haber menos árboles hay menos sombras, lo que provoca que el suelo de las ciudades se caliente más.

Todo esto ocurre en ciudades densamente pobladas que priorizan la construcción sobre el equilibrio ecológico natural.

Afortunadamente, existen soluciones para contrarrestar el efecto de isla de calor en las ciudades, como se plantea en la Nueva Agenda Urbana de las Naciones Unidas:

          Construcción de edificios bioclimáticos que utilicen energías renovables

          Infraestructuras urbanas sostenibles que empleen materiales que reflejan la energía solar y mejoran la evaporación del agua.

          Las fachadas vegetales y las cubiertas ajardinadas aportan grandes beneficios al medioambiente, los edificios y las personas. Permiten aprovechar los procesos naturales de las plantas para combatir numerosos problemas de las ciudades y los espacios interiores. Las plantas fijan muchos contaminantes del aire e incrementan las superficies fijadoras de CO2, reducen la temperatura en su entorno y aportan humedad relativa mediante evapotranspiración (mitigando el efecto isla de calor en las ciudades); amortiguan el efecto de las lluvias torrenciales, retienen polvo y fomentan la biodiversidad en los centros urbanos. El crecimiento urbano desordenado perjudica a la biodiversidad, provocando la extinción de especies y afectando a la biosfera. Los ajardinamientos contribuyen a enriquecer y conservar gran variedad de insectos, aves y demás seres vivos en los núcleos urbanos, preservando la biodiversidad.

          Búsqueda de soluciones hacia la movilidad sostenible para reducir la contaminación y, por ende, las temperaturas.

          Desarrollo de ecobarrios o sea,  un barrio urbano concebido para minimizar su impacto en el medio ambiente contemplando una autonomía energética, e intentando disminuir su huella ecológica y/o devolver la deuda ecológica, con el fin de mejorar su calidad de vida y lograr de esta manera alcanzar el bienestar humano en armonía con el medio ambiente con un mayor enfoque en espacios verdes.

          Creación de espacios de uso social, cultural y deportivo conectados por corredores verdes.

Ciudades como París, Madrid y Barcelona ya están tomando medidas anticipatorias, como la adaptación de horarios laborales, la inversión en zonas verdes y la implementación de «vegetación vertical» en edificios. Estas acciones son esenciales para hacer que nuestras ciudades sean más habitables en medio de la creciente amenaza de las islas de calor.